Al toque de Draxler

El PSG se ha reforzado en el mercado invernal, aportando dinamita en ataque. Gonzalo Guedes,  Julian Draxler son unos protagonistas que han llegado al equipo de Emery. El primero, habitual en el Benfica de Rui Vitória. El germano, Draxler, debido a la crisis que está sufriendo el Wolfsburgo, rozando los puestos de descenso, aprovechó para poner rumbo a París. Se puede decir, que su fichaje ha cambiado al equipo.

En un equipo donde conviven Angel Di María, Javier Pastore, Giovanni Lo Celso, otra incorporación, procedente del Club Atlético Rosario Central, Lucas Moura o Hatem Ben Arfa provocaba un overbooking en la zona de tres cuartos de campo.

La salida de Julian Draxler, era irrebatible. Sí quería dar un paso gigante en su carrera, tendría que salir más pronto que tarde del Wolfswagen Arena. Es un jugador llamado a marcar una época en la élite. Le ha dado una marcha más. Un equipo con una productividad ofensiva, tomada por un gran Cavani, necesitaba un socio, para que las llegadas al área fueran más continuas. Producción ofensiva constante, aire fresco para el PSG. Parece que lleva toda un vida en París.

Para acompañar al uruguayo Cavani, y al ‘Fideo’ suele participar Lucas Moura. Un arma letal. Sobre todo, cuando el equipo parisino se encuentra con dificultades en algún encuentro, él se encarga de llevar las contras. O de rematarlas. Pero, basado en un partido, dónde quieren tomar contacto con el balón, tomar la posesión, no les servía. Y Julian Draxler le da esa pausa necesaria, para ejecutar una jugada desequilibrante o dar la oportunidad a Kurzawa de incorporarse al ataque. La mala posición defensiva, así como la ausencia de coberturas y equivocada toma de decisión de los jugadores del Barcelona dejó mucho espacio para Matuidi, Draxler o Di María.

Tras la “dictadura” del sueco Ibrahimovic en su estancia en el Parque de los Príncipes, Cavani se ha hecho rey. El uruguayo ha anotado 37 goles en 36 partidos. Es la gran referencia ofensiva a diferencia del año pasado. Sus desmarques al espacio y sus remates recibiendo dentro del área. Anteriormente, actuando en la banda derecha no desempeñaba un cargo sencillo. Acostumbrado a tener la portería entre ceja y ceja y su cambio de posición a un extremo hacían dudar de su rendimiento. Ahora, más cerca del área y con menos funciones defensivas, se hace efectiva su gran habilidad: marcar gol.

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Detrás, en el círculo central, posa la vara que sujeta el tridente ofensivo. Marco Verratti es el radar y la batuta del PSG. El jugador más importante para optimizar el juego de toque y posesiones largas. Un número uno en la dirección del juego. A parte, también tiene la tarea de recuperar un gran número de balones a lo largo del encuentro. Juega y hace jugar. A su lado, Blaise Matuidi. Un jugador cuyo perfil, desvela varios aspectos del juego. Se muestra peligroso, hasta el punto de convertirse en ocasiones en extremo zurdo. Es un jugador con demasiados movimientos que suelen originar grandes desequilibrios. Va a un sitio e inmediatamente regresa a otro si así lo desea. El centrocampista, en el enfrentamiento de los octavos de Champions supo leer en qué zonas podía moverse para generar dudas al conjunto culé. Cuando la marca le encimaba, la protegía; su mejora en el pase y todos sus movimientos son cosa de su entrenador, Unai Emery. Les completa el joven Rabiot. Tirando de pases entre líneas para superar al centro del campo rival. Entre los tres orientan de forma eficaz el juego hacia las bandas. Una estructura horizontal y un sistema de coberturas a la altura de muy pocos.

La marcha de David Luiz en el mercado de verano ha provocado un ajetreo en el eje de la zaga. Con Thiago Silva, no hay cuestión que valga (salvo lesión). Su socio, Marquinhos que llevaba tiempo pidiendo paso, por fin se ha consolidado. Poderío físico, juego aéreo ofensivo y salida de balón son las capacidades de ambos centrales brasileños. El joven Presnel Kimpembe ha sido una de las sensaciones esta campaña en la defensa parisina. Ha disputado 20 encuentros en toda la temporada, y uno de ellos en Champions League. Un estreno en la máxima competición. Pero no lo iba a hacer ante un cualquiera, sino frente al Barcelona. Sólido cuanto menos. Algo similar en los laterales. Con Aurier-Meunier luchando por el diestro, ofensivo ante equilibrio. En el carril zurdo Kurzawa- Maxwell, la profundidad de Layvin y el cauteloso de Maxwell.

De esta situación, no se libran Kevin Trapp y Alphonse Aréola. Ambos son porteros con un porvenir interesante. Ambos son algo inseguros en las salidas, atajadas o sobre su colocación en el área. Areola es el más inexperto en esta actitud, a la hora de intervenir en una acción. Con Laurent Blanc, y sobre todo con Unai, el PSG pretende construir el juego desde atrás y saliendo en corto con los centrales o laterales. Ha habido rotaciones a lo largo del año, pero el germano parece ser el afianzado entre los palos.